lunes, 4 de octubre de 2010

debo tener alguna puerta por aquí

Estoy tendiendo la ropa en el salón cuando reparo en una puerta junto a la estantería. No me sorprende, no es una puerta nueva, yo sabía que estaba ahí pero por alguna razón, la había olvidado. Así que no es sorpresa si no satisfacción lo que me provoca su existencia. Termino de estirar las últimas dos camisetas en la cuerda y voy a abrirla. Creo que sólo entré ahí el día que el agente de la inmobiliaria me enseñó la casa. No recuerdo bien cómo era, así pues, si bien conocía la puerta, el interior lo he olvidado.
Es precisamente lo que necesito, no me puedo creer que haya obviado una habitación así. Está forrada de madera, insonorizada, tiene baño propio y una terraza amplia. Ya sé lo que voy a poner en cada lugar, va a quedar perfecto, creo que no voy a salir de ahí en mucho tiempo.

Volvemos a los sueños, porque ésto no es real, no del todo. Lo he soñado. Y no es la primera vez. Me aparecen esas habitaciones escondidas, que a veces son plantas enteras olvidadas, de vez en cuando. Me encantaría dar con alguna de éstas despierta. ¿Qué es lo que conozco y he olvidado? Ojalá la experiencia tuviera un picaporte, se pudiera abrir y cerrar para asomar la nariz y tenerlo todo más claro después de un vistazo.
Sea lo que sea, me hace falta. Empiezo a tener el espacio del que dispongo ahora demasiado lleno. Siempre me han gustado las casas depuradas, funcionales, y la mía es siempre lo contrario. Cuando me mudé a ésta, el doble de grande que la anterior, pensé que lo conseguiría, pero de pronto todos mis muebles crecieron, se hicieron el doble de grandes, como los peces koi, y se adaptaron a sus anchas al nuevo espacio. Nacieron nuevos libros dentro de las cajas, bibliografía completas con tapas duras, los zapatos se aparearon y donde había dos ahora tengo tres... Lo mismo sucede con mi cabeza, que voy ordenando ideas y conceptos, tirando un tabique aquí, abriendo una ventana ahí, y van llegando otros nuevos, con su equipaje a cuestas, y lo dejan todo patas arriba. No termino de ubicarlos a tiempo. Al final tengo lo antiguo con lo nuevo compartiendo cama nido, y de lo que estoy segura, como ya hay confianza, en sofás cama repartidos aquí y allá.

Una habitación nueva, una nueva manera de afrontar las cosas. Una manera insonorizada, con terraza para respirar, estirarse, y un cuarto de baño. ¿Donde la tendré guardada? Si llego a encontrarla sé que se me quedará pequeña tarde o temprano, pero... bueno, en ebay se puede vender casi cualquier cosa, así que supongo que tanto cacharro, ésta chatarrería, me puede sacar de un apuro en un momento dado. Ofrezco un trío de botas, y algún consejo basado en la experiencia.

No hay comentarios: