La maquinaria se despierta y lentamente vuelve a funcionar como debe. No como queremos. Los sueños pasan de ser placenteros a reparadores, de ciertas grietas y rencillas que produce la sequedad de lo obligado. No hay opción, sin embargo, las salidas han quedado escondidas tras un montón de cajas y trastos por ordenar de éste mundo que gira sobre sí mismo y nos marea.
Allá vamos, tan lejos como aquí mismo.
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2 comentarios:
faraway... so close...
También yo estoy harto del trabajo ;)
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