martes, 4 de mayo de 2010

viento

Hoy sopla un viento que revolea las ideas. Los cruces de calles hay que afrontarlos con cautela porque, a la mínima, te viene un envión y lo que venías pensando se escapa dos calles más abajo, y no hay manera de recuperarlo. Un viento frío, además. Es fácil caer en la desconfianza generalizada cuando te sorprenden días como éste; empiezas a sospechar de todo, hasta de tu sombra, porque por algún motivo esa no se vuela. Desconfías de la gente, un poco con razón, porque los pensamientos de aquellos, en su extravío, de pronto se cruzan brevemente por tu cabeza, lo justo para saber que no son lo que parecían.
Hay que ser valiente para salir a pasear en ésta situación, tener las cosas claras, un destino concreto, o la cabeza vacía... puedes volver a casa convertido en un existencilalista, o despeinado, que es peor. Se te puede colar cualquier partícula en un ojo ¡incluso en los dos!.
No sé, no sé. A mí me da miedo.

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